LOS CUENTOS DE MI ABUELA
JUANA PRIMERA DE
MARÍN,” MAMITA “
Escribe: Egly Colina
Marín-Primera
Siendo propicio el momento, o la hora y, dada la carencia de luz en el
poblado...
era frecuente entre los vecinos, el sentarse, frente de sus casas o esquinas para dar rienda suelta a la creatividad ingenua y solemne …
...a las doce de la noche salen las ánimas … allí sale un ahorcado… en aquel
sitio cerca del matapalo de Perfecto Petit hay una luz brillante, eso indica
que hay un entierro de morocotas… por lo que no causó extrañeza el gran hoyo que apareció un día cualquiera en el sitio indicado. Fue una época dorada ...
Según palabras de MAMITA:
Doña Blanca, madrina de mi mamá Carmen Marín, primera enfermera de la población, poseía una bondad muy grande en su corazón, siempre compartía sus sabrosos suspiros, el pepermín, y sus saludos tempraneros para saber cómo había amanecido su comadre Juana.
Caso similar era Doña Cachía quien bien temprano, hacía llegar a su hija Trinita para dar los buenos días y compartir algún alimento ricamente preparado por ella.
Acuéstense temprano… sentenciaba Mamita, quien al voltear la
cabeza desde la puerta del zaguán, veía la hora en un reloj cucú de la sala, y
acto seguido, recogía su silla y lo mismo debían hacer las hijas o yernas
visitantes. Acto seguido colocaba detrás de la puerta una barra de hierro
por seguridad y hasta cierta manera... defensa ante un posible seretón o robador de
gallinas, ya que poseía unas muy finas y gustosas.
Así transcurrían nuestros días en donde solo la luna, las nubes o el viento eran motivos suficientes para la elaboración de fantasías infantiles.